El mundo exterior y la dinámica de los mercados han estado empujando a las empresas a incursionar en la utilización de enfoques, estrategias y acciones colaborativas. No es del todo un modelo nuevo, pero su naciente masificación o la premura de implementar procesos empresariales colaborativos sí lo son.
En la praxis empresarial se hace evidente que los mandos directivos tienen una incapacidad para asumir las condiciones básicas para trabajar de manera colaborativa dentro de las empresas y entre ellas. Algunos cambios son percibidos como riesgos porque inevitablemente modificarán la estructura y la operación de la empresa: mayor horizontalidad en la toma de decisiones, procesos internos que demandan más tiempo y atención, la incorporación de nuevos procesos o recursos humanos, etc. Las empresas tendrían que asumir futuras pérdidas y sentirse listos para afrontarlas antes de dar el primer paso. Sólo si la empresa anticipa formalmente las consecuencias, se aprende del propio cambio mientras está sucediendo y se logra avanzar al segundo o tercer paso.
Una empresa en plena metamorfosis, como sucede con los organismos vivos, experimenta de manera temporal el “caos” operativo. Este aparente “desorden” necesita de planificación, análisis profundo y medidas preventivas. (Las transformaciones significativas así suceden: basta con echarle un ojo a la historia del mundo.) Con paciencia, tiempo y mucha dedicación el nuevo orden arrancará con baterías recargadas y tomará su propio ritmo dentro de la empresa, mas es inevitable que la transición –si se hace seriamente– genere pérdidas económicas y alta rotación de recursos humanos. Todo cambio implica riesgos y pérdidas. La pregunta del millón es: ¿todo eso puede hacerse en medio de una crisis económica? ¿De la crisis interna de una empresa?
¿Qué fauna tiene el hábitat empresarial del siglo XXI?
- Empresas Old Style
Son la mainstream, palpitan con el beat del mercado hegemónico, no piensan moverse de allí mientras el mercado capitalista palpite (y no está precisamente moribundo) y el sistema interno de la empresa siga siendo funcional. Buscan ponerle a sus estrategias la etiqueta de “colaborativas”, pero no se han desplazado fuera de la mainstream ni una brazada. Lo colaborativo se ha vuelto para estas empresas un rasgo fashion, una capa utilitaria (que funciona para vender más). Sus empleados son *empleados*, como se usa cualquier otro objeto que tiene una función necesaria en el engranaje. No importa el empleado ni su potencial, importa lo que éste hace mientras lo haga servilmente tal como la empresa lo necesita. (¿Y la creatividad y la innovación?) Los cargos laborales y los procesos son como cajas que se rellenan: pre-construidas, inamovibles. Los recursos humanos y a menudo también sus clientes y consumidores se vuelven objetos desechables, como el mercado lo exige y la empresa cómodamente replica y perpetúa. (¿Quién construye el mercado?)
- Empresas Sándwich
Tienen una genuina intención de implementar estructuras y estrategias colaborativas, pero no saben cómo y no quieren aprender de quién sí sabe. (Son las empresas que me producen más ternura.) Sus equipos humanos son mixtos, tienen empleados *empleados* como los de las empresas Old Style y también contratan a una pequeña cantidad de *creadores*. Los creadores tienen procesos de trabajos diferentes, incluso algunos gozan de horarios exclusivos. Los empleados ven a los creadores como quien descubre una especie nueva y creen que antes “todo funcionaba mejor”. La operación cotidiana con este tipo de equipos es muy conflictiva y va en detrimento de los resultados que la empresa pudiera obtener al implementar estrategias colaborativas. (Estos equipos mixtos habitan esa región liminal propia de las transformaciones: no eres ni una cosa ni la otra.) La directiva no quiere arriesgarse por completo -en vez de caminar cojea- tampoco desea invertir dinero en hacer una transición “sana” y planificada. (Los dueños de estas empresas terminan diciéndole a la almohada: ¿me estaré equivocando?)
- Empresas Líquidas
Nacieron de forma colaborativa y mediante procesos colaborativos. Llevan la colaboración en la médula, transpiran la noción y la praxis del modelo colaborativo. Se mueven como peces en el agua en el siglo XXI, utilizan estrategias que implican colaboración entre empresas, construcción de conocimiento compartido y procesos colaborativos internos. El uso de las nuevas tecnologías para acelerar y simplificar los procesos internos es un componente esencial de la empresa y de la toma de decisiones. Sus empleados son colaboradores activos y creadores, constructores del día a día de la empresa. ¿A qué se están enfrentando las empresas líquidas? ¿A qué tipo de mundo laboral, de mercado, de competencia, de clientes?
Se enfrentan a un mundo en quiebre. A un mundo que está cambiando positivamente en algunos gremios y sectores, pero que también está lleno de profesionales, empresas, consumidores y clientes que han sido golpeados por tantos años de la mainstream y su ética. Personas que les cuesta confiar en los demás, que les cuesta ofrecer sus ideas sin pedir de antemano nada a cambio, que no saben qué es eso de trabajar en equipo. Una buena parte de las personas que trabajan en las empresas Old Style y Sándwich son hijos/hijas (traumatizados) del mobbing o acoso laboral.
P.D. metafórica
La implementación de estrategias colaborativas en las empresas Old Style y Sándwich se parece al fumador que quiere dejar el vicio luego de 30 años y elige hacerlo justo durante su divorcio. ¿What? ¿No ve que se está divorciando de la única mujer con la que ha tenido una intensa y duradera relación amor-odio? Su decisión puede ser un “suicidio” emocional o una “elevada” y consciente necesidad de transformación. Dejemos que estas empresas vivan/experimenten su proceso para determinar cuál proceso es y qué tipo de empresas son. Observemos de cerca y con los ojos bien abiertos.
Ilustración «World» de Oscar Martín, tomada del Pinterest de dílo! espacio creativo para lenguas inquietas.
Una primera versión de esta reflexión se publicó en el grupo de LinkedIn Las «Estrategias CO» en la gestión de la empresa del siglo XXI administrado por hèlix3c
Nadir Chacín (Venezuela, 1971)
Directora general de Territorio liberado. Antropóloga, community manager, bloguera, escritora y editora. nadir@territorioliberado.com @nadirchs Facebook
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